Segundo macetero
Macetero fue llamado el proyecto de reforma agraria...
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Franco Brzovic
Macetero fue llamado el proyecto de reforma agraria del ex presidente Alessandri, mote que aplicó a la propuesta legislativa tributaria del presidente Piñera un distinguido personero de la Concertación. Este calificativo obviamente denota insuficiencia o poca magnitud.
Las propuestas del Ejecutivo, que dicho de paso no pretenden cambiar la esencia del sistema impositivo, sino perfeccionarlo, aparecen menores frente a aquellas que propugna la oposición y de algunos académicos, quiénes postulan que todas las utilidades de las empresas deben afectarse con su impuesto y el de sus socios o accionistas una vez obtenidas.
Como fácilmente se aprecia, esto cambia sustancialmente el sistema que nos rige desde 1984, gravándose así la inversión y el ahorro y no el consumo, como es el actual.
Revisando en la prensa los comentarios sobre este proyecto y las otras propuestas, se evidencia la necesidad de mejorar las explicaciones técnicas para el público en general, con el objeto de que sea una discusión nacional donde impere la razón más que la pasión.
Se podrá discrepar sobre si el sistema tributario es o no redistributivo, si la estructura es o no la adecuada, si hay que eliminar o no exenciones; en fin, si hay que cambiar esto o aquello, pero lo que no puede ocurrir es la restricción de la discusión sólo a los iluminados. La gente debe entender los efectos inmediatos y a largo plazo que cada cambio produce, teniendo en consideración nuestra realidad. Una explicación fácil y razonada, sin pasiones ni intereses mezquinos constituye una exigencia para los comunicadores.
En esta discusión habrá que tener presente diversos aspectos, entre ellos que nuestro país apostó por su apertura al mundo y que, por sus dimensiones (David y Goliat), los sistemas económico y político son elementos vitales, al igual y en particular, el régimen tributario.
Hay que recordar que el sistema tributario permitió y permite el ahorro e inversión de las empresas y el que, al igual que aquellas de mayor tamaño, a las pequeñas y medianas empresas -existentes y en proceso de creación por los emprendedores- les representa una herramienta indispensable de desarrollo.
En lo presente, este proyecto contiene un incremento al impuesto de Primera Categoría al 20%, más algunas rebajas y créditos a las personas, como también determinados ajustes encaminados a evitar algunas planificaciones tildadas de elusión, abordando finalmente algunas materias que necesitan certeza jurídica.
Desde ya, el aumento del impuesto que grava a las empresas tiene dos connotaciones. La primera, que reitera la tradición de este país en cuanto a que las alzas tributarias temporales se transforman en definitivas. Recordemos que el impuesto de la empresa contenido en la ley de la reconstrucción del terremoto pasado se fijó en 20% para el financiamiento de los daños del mismo; comprometiéndose su rebaja en dos años para volver al 17%. La segunda, que, inexorablemente, el costo de este impuesto se traspasa a sus socios o accionistas o a precios o a una combinación de ambos.